Saturday, May 20, 2006

Atlantis part deux

La llegada a Estados Unidos fue muy entretenida. Los gringos organizan bien las cosas: los letreros están donde deben estar y la gente te da instrucciones claras. Incluso en un aeropuerto donde tienes que tomar un metro para llegar a la salida, no te pierdes.Cuando llegué,pensé que me iban a hacer miles de preguntas como para descartar que fuera peligroso o algo así, pero nada. Al contrario, hubo un par de veces que incluso me dí el lujo de hacer comentarios ridículos a la gente de aduana tipo "Es la primera vez que estoy en Estados Unidos" a lo cual respondían con una risa bastante acogedora.
Antonio esperaba por mí al final de una laaaarga escalera mecánica y una vez que recuperamos las maletas, vagamos por el gran parking del aeropuerto y nos dirigimos a la carretera y a Spelman.

sábados zombie

Solía encontrar bastante extraño que, en visitas sabatinas, muchos de mis amigos me recibieran, bastante después de almuerzo, en piyama y con cara de querer romper algún record de sueño legañoso. Con la más absoluta calma y sin reparar en mi cara de simulado espanto, me dejaban entrar a sus departamentos de soltero, me dejaban hablando con algún pariente o pareja y seguían durmiendo, sólo para levantarse al carrete. Con eltiempo, el carrete desapareción y las visitas sabatinas fueron aplazándose hasta diluirse a la clásica visita anual, cuando mucho.
Ha pasado el tiempo y me he rendido al dinero que hace mi vida más cómoda y, hasta cierto punto, posible. Obviamente, fueron desapareciendo los ya escasos "happy hours" y "outings" de viernes en la noche, luego las ganas de ver gente los sábados y, como nunca he sido de salidas dominicales, bueno, mi vida social está en la UTI con serio riesgo de muerte.
Ahora entiendo las fachas con que me recibían mis amigos, a muchos de los que no veo hace años y sospecho que no veré a menos que la crass casualty me los ponga en el camino en un supermercado o el mall, a los que no voy taaan seguido, pero igual veo más que a los que eran (y aún son en mi fuero interno, al menos) mis amigos.