Parado en la calle

Robert Frost's verses resounding

Camino al trabajo pienso sobre la muerte y vuelvo a aquellos años infantiles en que el pensar por primera vez sobre lo que significaría el no-ser me llevaba a ataques de angustia, primero por lo que significa tal concepto a esa tierna edad y, segundo, por lo difícil que me resultaba realmente imaginar el no-existir.
magino que a todos en algún momento de la infancia nos marcó el hecho depensar en ello (o ella?). El asunto es que, en mi caso, no fue el matar un pajarito o la muerte de un abuelito lo que me llevó a pensar en la cosa. Fue más bien un asalto emocional arbitrario e inmotivado. Me planté en medio de la calle como ahora, la diferencia es que ahora la pausa es casi invisible. Todo porque veo el reloj de la parroquia y veo que voy con el tiempo justo. Todo porque el verso de Frost aún retumba en mis oídos y el día que deje de hacer eco, me congelo.